domingo, 28 de agosto de 2011

Bancos de Proteína y energía o bancos forrajeros

Los bancos de proteína son áreas cultivadas con alguna especie (generalmente leguminosas) cuyo follaje contiene altos contenidos de proteína o de energía. Los bancos de proteína son áreas separadas de la pastura de piso y generalmente contienen especies de corte y acarreo. Sin embargo, resulta más adecuado hablar de bancos forrajeros, porque es necesario conservar tanto proteína como energía y para esto pueden existir otras plantas que no son leguminosas y que pueden jugar un papel importante en la oferta de forraje en las épocas de escasez.

Los bancos forrajeros se presentan como una alternativa para intensificar pequeñas áreas en la finca que tienen características especiales. Según esto, se deben utilizar especies arbustivas de ato valor desde el punto de vista de alimentación animal y de alta producción de materia seca, aunque sean exigentes en términos de fertilidad de suelos.

Las principales especies que se pueden utilizar para bancos forrajeros son:



@ Morera Morus alba



@ Caña de azúcar Saccharum officinarum






@ Quiebra barrigo o nacedero Trichanthera gigantea



@ Matarratón o Madrecacao Gliricidia sepium






@ Erythrina spp.



@ Resucitado Hibiscus rosasinensis



@ Pinocho Malvaviscus pendiflorum



@ Caliandra Calliandra calotyrsus



@ Gandul Cajanus cajan



@ Botón de oro Thitonia diversifolia





Los bancos de proteína o forrajeros fueron diseñados inicialmente para que los animales los pastorearán directamente con esquemas bastante impracticables desde el punto de vista del manejo de los lotes y desde el punto de vista de la fisiología ruminal.

En este sentido, los sistemas silvopastoriles de bancos forrajeros en la actualidad se conciben más como sistemas de corte y acarreo. Con el forraje producido se alimentan o suplementan lotes estratégicos de la finca (vacas en producción, crías, animales enfermos).

La ubicación de estos modelos dentro del sistema finca está relacionado fundamentalmente con tres aspectos :

1. Uso racional de la fertilidad natural o artificial de un área de la finca.
2. Facilidad de acarrear el material para suministro estratégico de algunos grupos de animales. En algunos casos, es posible encontrar que el lote elegido para plantar estos árboles o arbustos logren cumplir los dos objetivos.
3. Uso de áreas que por su ubicación o topografía no pueden ser utilizadas para pastoreo directo.

Este sistema silvopastoril será utilizado en los tres países en todas las zona. Sin embargo, su importancia relativa y la racionalidad de uso varían profundamente de un lugar a otro al igual que las especies a ser utilizadas. La última situación es la que sucedería en el caso de la zona del Quindío y en muchas áreas de la zona de Costa Rica, en la cual algunas pequeñas proporciones de la finca tienen pendientes bastante fuerte que hacen inadecuado el pastoreo directo de los animales. La ventaja en este tipo de sistemas, es que no se disminuye la productividad biológica del sistema en términos de MS y de nutrientes, siempre y cuando se mantenga el nivel de nutrientes extraído en el forraje; de otro lado se evita el deterioro del recurso suelo por pisoteo de los animales en lugares en los cuales este efecto es mucho más nocivo, pero de otro lado se aumentan los costos como consecuencia de acarrear el material en verde para que sea consumido por los animales.

En este tipo de sistemas, generalmente la extracción de nutrientes es muy fuerte, por lo cual se requiere adicionar alguna fuente de minerales al suelo que le permitan mantener niveles adecuados de producción.

En la zona de las Coloradas, el banco de proteína debe ser ubicado en lugares en los cuales la fertilidad natural de lote o la facilidad de aportarle nutrientes al suelo, sea lo más importante. Con ello se logra intensificar una porción de la finca de tal forma que se permita liberar otras zonas que por su difícil acceso, su pendiente o las características de suelo obliguen a retirarlas del plan de producción.

Existen muchas especies que se han utilizado en bancos forrajeros, fundamentalmente con corte y acarreo y la escogencia de la especie depende fundamentalmente de la fertilidad del suelo en que se quiere plantar el banco o de la posibilidad de aportarle nutrientes al lote. Además es necesario tener en cuenta las condiciones climáticas al momento de elegir la especie.

En las zonas de Costa Rica, además de las dificultades físico químicas del suelo, se debe tener en cuenta que existe una época de sequía fuerte (algo parecido sucede en Nicaragua, bajo condiciones más favorables de suelo). En estos lugares, la especie elegida, además de su capacidad de producir en condiciones de suelo pobre, debe tener capacidad de almacenar material verde (sin detrimento de su calidad) para las épocas de sequía, en las cuales las pasturas no ofrecen forrajes para la alimentación del ganado. En la medida que se describan las especies potenciales para este sistema, se da a conocer sus potencialidades y sus exigencias en términos de fertilidad de suelos.

Existen muchas especies que se han utilizado en bancos forrajeros, fundamentalmente con corte y acarreo y la escogencia de la especie depende fundamentalmente de la fertilidad del suelo en que se quiere plantar el banco. En la medida que se describan las especies potenciales para este sistema, se da a conocer sus potencialidades y sus exigencias en términos de fertilidad de suelos.

La Morera Morus alba es una de las especies más comúnmente utilizadas en este sistemas. Es un especie que posee características muy especiales para bancos forrajeros de corte y acarreo, ya que no soporta pastoreo directo, tiene un alto potencial productivo en cantidad de materia seca y de excelente calidad, hasta el punto que ha permitido reemplazar el suministro de concentrado en las fases de cría de terneras en lechería especializada. Además tiene la ventaja de su reproducción asexual por estaca, lo cual facilita su establecimiento.

Por las características anteriores, la morera solo se recomienda para los sistemas de bancos forrajeros en la Zona del Quindío en Colombia. En las otras regiones del proyecto se recomienda la asociación de caña de azúcar con Cratylia argentea.

Una porción importante de las áreas de mucha pendiente actualmente utilizadas para pastoreo de piso, se deberían utilizar como bancos forrajeros de corte y acarreo (sembrados a curva de nivel) para disminuir la erosión y el lavado por pisoteo del ganado. Las especies recomendadas para el banco forrajero son caña de azúcar (Saccharum officinarum) y cratilya Cratilya argentea intercaladas en un arreglo de una calle de caña de azúcar (sembrada a chorro) cada tres calles de cratilya, a una distancia de un metro. La cratilya se siembra a una distancia entre plantas (dentro de cada calle) de 0.5 metros (20,000 plantas por hectárea). Así, para una hectárea, una cuarta parte tendría caña de azúcar y tres cuartas partes cratilya (15,000 plantas).

La cratilya se propaga fácilmente por semilla, pero la propagación vegetativa no ha sido exitosa hasta la fecha (Pizarro et al, 1995). El arbusto produce semilla de buena calidad y sin marcada latencia física (dureza) o fisiológica. Por lo tanto, la semilla no necesita escarificación previa a la siembra (de hecho, hay reportes que indican que la escarificación con ácido sulfúrico reduce la viabilidad de la misma (Maass, 1995). La siembra con semilla debe hacerse muy superficial (a no más de 2 cm de profundidad) ya que siembras más profundas causan pudrición de la semilla, retardan la emergencia de las plántulas y producen plantas con menor desarrollo radicular (RIEPT-MCAC, 1996). En Costa Rica, el ECAG vende la semilla a US$30/kg, y cada kilo tiene 6000 semillas.

La caña de azúcar se puede dejar sin cortar hasta el verano para que así sirva de almacén de forraje. La cratilya se puede cortar cada tres a cuatro meses y se cortará en octubre por última vez antes del verano, para que también sirva de almacén forrajero. En caso de que la cratilya no se utilice durante el invierno para el ganado, se deberá cortar, orear un día, y almacenar en silos de montón o de sacos envueltos en bolsas plásticas agregando un roseado de melaza de 50 kg por tonelada de forraje fresco .

La corta de la cratilya y de la caña se efectúa manualmente sobre los rebrotes, con un machete común. El acarreo se puede efectuar a hombro o en carretón dependiendo de la distancia del galerón de picado y alimentación. Las instalaciones requeridas son un galerón techado, con canoas (de unos 40*40 centímetros, y 40 cm por animal), y una picadora de pasto. El ganado tendrá acceso a las canoas al menos unas dos horas al día.



Lic. Zoot. Alvaro Paniagua

No hay comentarios:

Publicar un comentario