sábado, 27 de agosto de 2011

ABEJAS TRIGONAS Y MELIPONAS DE GUATEMALA


Clasificación Etnobiológica. Leyendas, Tradiciones

      Para Guatemala, no existen registros de leyendas referidas a las abejas sin aguijón. Sin embargo si se hace mención de los productos producidos por éstas en algunas historias de pueblos mayas.

      El Popol Vuh, que cuenta las historias de los Quichés de Guatemala, en la narración "El comienzo del secuestro y de la muerte de la gente de los pueblos", menciona que los primeros cuatro hombres que fueron creados (Balam Quitzé, Balam Acab, Mahucutah e Iquí Balam) "…andaban por los cerros y les llevaban a sus mujeres y a sus hijos tábanos, avispas y panales para comer".

En las Leyendas sobre el origen del pueblo Quiché, recopiladas en Rabinal, Baja Verapaz "Rabinal Achí fué un ser sobrenatural que no nació en la tierra sino que vino del cielo", "dispuso entonces [Rabinal Achí] crear a la gente y en poco tiempo, todo este territorio se pobló de habitantes", "Rabinal Achí tenía que mantener a toda la gente que había creado y los alimentaba sólo con miel blanca, que él mismo iba a buscar a las montañas."

Sobresale en estas dos narraciones la presencia de la miel y los panales, que representan el alimento con que se sustentaron los primeros hombres del pueblo Quiché.

Entre la tradición oral referida a estos insectos podemos mencionar que en la Historia Natural del Reino de Guatemala, Fray Francisco Ximénez relata que los nativos le mencionaron que después de las peleas, las abejas cargaban a las muertas de su familia, y las llevaban a enterrar, a las orillas de los ríos en la arena.

Los habitantes de algunas aldeas del municipio de Pueblo Nuevo Viñas, Santa Rosa, Guatemala, y encontró que algunas personas les atribuyen a las abejas virtudes mágicas como la de trasladarse de un lugar a otro en segundos; otras personas creen que reflejan el estado del hogar, indicando que si existen pleitos en el hogar, las abejas dejan la colonia; los entrevistados coincidieron en opinar que las abejas son un regalo de Dios.

Se reconocen 13 especies de abejas, y las clasifican según los siguientes aspectos:



  • color de la abeja
  • los tipos de árboles en que se instala la colmena
  • características, productividad y usos de la miel
  • la estructura de la colmena
  • comportamiento (vuela sobre las heces, no le gusta el ruido, se esconde de la gente, etc.)

Poseen varias formas de clasificar las abejas:

  • En base a su comportamiento cuando son molestadas: dóciles, picadoras, mordedoras o causadoras de ampollas.
  • En base a las propiedades de la miel: sabor, acidez, producción por nido, época de castración, etc.
  • En base a su morfología.
  • En base a la estructura del nido (forma y tamaño del tubo de entrada; tamaño del nido; cantidad de miel por nido, etc.) y a su localización (en la tierra, en un árbol, en montículos de termita abandonados, etc.).

 Observó que fuera del nicho ecológico, la habilidad de los Kayapó de identificar las abejas es generalmente poco confiable. De una población de 600 habitantes, solamente dos eran consistentes en identificar las especies en base a su morfología. Además, el conocimiento de las abejas es parte del dominio cultural masculino, y las mujeres saben poco acerca de las abejas.

En Yucatán, México, los mayas celebran ceremonias conectadas con las abejas y su cultivo, que pueden ser remanentes de la religión tradicional, más que de la religión de grandes sacerdotes ancestrales, y sin duda han evolucionado para incluir elementos del Catolicismo. En maya, la abeja Melipona beecheii es llamada colecab que significa "dama abeja", y los mayas creen que es en cierta forma santa, y solamente el maíz es más especial para esta gente.

Se a descrito todos los pasos del ritual que se realiza para castrar la colmena, la cual se caracteriza por la necesidad de dejar a la colmena limpia de malas influencias que pudieran entrar durante el proceso. Además, se describe la ceremonia mayor de bendición de las abejas (u hanli cab), la cual requiere a un sacerdote shaman y debe realizarse cada cuatro años, pero actualmente rara vez se practica.

Los mayas yucatecos creen que cuando una persona que posee colonias de abejas muere, las abejas se irán a menos que el heredero vaya inmediatamente después de la muerte a avisarles a éstas del desceso. Según ellos las abejas necesitan saber que alguien las cuidará. Además, si el cultivador visita un cementerio, no debe visitar las colonias en tres semanas, porque acarreará la tristeza del cementerio. Un cultivador que ha tocado un cadáver; sólo podrá tocar sus colmenas después de lavarse varias veces con hojas de chacah o naranja

      Los Cayapa de Ecuador reconocen cuatro tipos de abejas (reconocidos por la ciencia como especies), basados en la calidad de la cera que produce cada una de ellas. Los cuatro tipos son:

  • La abeja negra que vive en huecos de los árboles, y produce buena cera.
  • La abeja negra que también vive en huecos de árboles pero, que produce más miel que cera.
  • La abeja negra que construye sus nidos en el suelo, y su cera no es de mucha utilidad.

      Las abejas sin aguijón son un grupo de organismos culturalmente muy importantes para los nativos americanos ya que han sido una fuente de alimento y medicina durante miles de años. En ciertas áreas urbanas, el conocimiento tradicional acerca de los usos y beneficios de los productos de estas abejas están en peligro de perderse debido a la reducción del contacto del ser humano con el entorno natural. En nuestro medio existen diferentes variedades de abajes las cuales no se les da la suficiente importancia por ello este trabajo sobre estas abejas en de Guatemala.

      A partir de la información brindada por once informantes, se encontró que seis clases de abejas sin aguijón son reconocidas por el 18% de los entrevistados, mientras que el resto conoce al menos una clase de abeja.

      La clasificación etnobiológica en Villa Canales podría definirse como de tipo utilitarista, y se hace bajo los siguientes criterios: (1) caracteres morfológicos y etológicos, (2) ubicación de la colmena, (3) tipo de colmena, (4) estructura de la colmena, y (5) color, sabor, consistencia, usos y producción de miel, y usos de la cera. Estos criterios son similiares a los utilizados por otros pueblos americanos.

      Entre los usos que se le dan a los productos de las abejas sin aguijón en Villa Canales están: (1) miel para consumo como alimento ó golosina, (2) miel para usos medicinales: curar afecciones en la vista, tratar golpes, tratar quebraduras, (3) cera para usos recreativos populares: elaboración de "tipaches", manualidades, (4) cera para usos medicinales: se usa para sacar espinas, (5) cera para usos prácticos: sellar injertos.

El conocimiento más sobresaliente acerca de las abejas sin aguijón en Villa Canales, es el uso medicinal de la miel de "criolla" (Melipona beecheii) y doncellita (Tetragonisca angustula), para tratar enfermedades de la vista.

 No existen mitos, leyendas, creencias ó canciones respecto a éstas abejas en la población estudiada. El conocimiento tradicional acerca del reconocimiento y cuidado de las abejas sin aguijón, es principalmente mantenido por los hombres de las áreas rurales

     Las abejas sin aguijón se reconocen por sus habitos molestos cuando se les excita y sus asociaciones con sus nidos, los cuales están siempre densamente poblados, agresivamente defendidos, y de construcción única. Muchos están localizados en cavidades naturales, usualmente en el suelo o en troncos de árboles pero a menudo en sitios raros como esqueletos de mamíferos o aves, nidos de termitas u hormigas. El arreglo particular de elementos estructurales varía, pero los nidos siempre contienen celdas de cría en un grupo (género Trigona) o estratificados en panales horizontales (género Melipona), rodeados por una envoltura en capas, con los potes de miel y polen localizados fuera de la envoltura, y el canal de entrada encerado que a menudo se extiende fuera del nido es un tubo que se proyecta libremente. El complejo entero está amurallado por placas terminales fuertes o una cobertura exterior llamada batumen. Muchas clases de materiales de construcción se utilizan, primariamente cera, usualmente mezclada con otros materiales como propoleo, resina de plantas y/o goma colectada por las abejas. Mezclado con cera (cerumen), ésta es la sustancia de las celdas de cría. Lodo, heces, fibras de plantas, y fragmentos de hojas también se usan para fabricar el nido. Las provisiones larvales de algunas especies son conocidas por soportar la rica flora bacteriana que debe jugar un rol fundamental en la preservación y conversión metabólica de estas sustancias.

Este tipo de nidos es el más elaborado de todas las abejas sociales nativas del Nuevo Mundo e identifica a las abejas sin aguijón como un grupo, así como su método de defensa en ausencia de aguijón. El órgano picador es vestigial y no tiene uso en ocasionar lesiones a enemigos mayores, pero estas abejas no son impotentes. En grupos, ellas se lanzan sobre aquellos que amenazan el nido, introduciéndose en los nostriles, oidos, pelo, y ojos. Aunque la mayoría emplea sólo las mandíbulas para pinchar, algunas depositan un fluido caústico originado en las glándulas de las bases de las mandíbulas. Muchos de los nombres nativos de estas abejas se refieren a su beligerancia y potencia (por ejemplo, cagafogos ó escupefuegos, torcecabellos).

Al igual que la abeja mielera europea, son insectos sociales, viven en colonias diferenciadas en castas de obreras, machos y reina, pero a diferencia de éstas la reina es fecundada solamente una vez y por un solo macho. La propagación de las colonias se efectúa por medio de enjambres, consistentes de una reina y un gran número de obreras. Las reinas hijas son las que salen a fundar la nueva colonia, todo el material es traído de la colonia madre, incluyendo la miel.

     Entre ellas se comunican la distancia y la dirección de forrajeo, pero solo con sonidos. La cera es producida por glándulas dorsales en el abdomen y excretada entre los tergos abdominales, y no en la región ventral. Se alimentan de materia orgánica, incluyendo animales muertos.

      La tribu incluye tres géneros, cada uno conteniendo muchas especies comunes, excepto Lestrimellita, la cual tiene dos especies. L. limao carece de la canasta de polen en la tibia trasera y produce olor a limón cuando se aplasta. Las especies del género Melipona son generalmente las más grandes (6 a 15 mm), relativamente peludas, con alas que no se extienden más allá de la punta del abdomen cuando se doblan. Las especies de Trigona son más pequeñas (2 a 8 mm), con el pelo esparcido, alas que se extienden más allá del abdomen cuando descansan y a menudo son brillantes.

      Las abejas sin aguijón son generalmente beneficiales debido a su actividad polinizadora, aunque ocasionalmente dañan cultivos de frutos, especialmente citricos, cortando las flores que usan para construír sus nidos.


Etnobiología de las abejas sin aguijón

     Las abejas son casi culturalmente ubicuas, habiendo evocado en los humanos un considerable numero de supersticiones y adaptaciones simbólicas.

      Hogue (1993) considera que este grupo de abejas ha sido profundamente importante en la cultura humana latinoamericana, lo cual se evidencia en los muchos nombres comunes que reciben, no sólo como grupo sino como especies individuales.

Tabla 1. Algunos nombres comunes de las abejas sin aguijón.

País
Nombre común
Panamá
Zeganas
Colombia
Abejas bobos, angelitos
Amazonas peruano
Arambasas
Venezuela
Pegones
Costa Rica
Culos de vaca, abejas, jicotes, abejas atarrá, etc.
Brasil
Abelhas sem ferrao, torcecabelos, irapua, abelhas de cupim, cupira, jataí, xupé, abelhas bravas, cagafogos, etc. Se le llama Juanats a Melipona y pegones a Trigona.
México
Necutli, pipiolin; Xun'an Kab a Melipona beecheii (Yucatán).
Guatemala
Doncellita, serenita, criolla, joloncán, talnete, etc. Según Fray Francisco Ximénez (1722) los nativos les llamaban uzcab (mosquitos de miel).

Fuentes: Ximénez (1967), Hogue (1993), Solís (2000).

 
Usos de los productos de las abejas sin aguijón.

Antes del descubrimiento y la conquista de América, la crianza de las abejas sin aguijón era parte de las costumbres religiosas, alimenticias y comerciales de muchos pueblos indígenas de América.

      En México, después de la conquista española la abeja nativa "domesticada" por los mayas denominada Xuna'an Kab (Melipona beecheii), problablemente de todas las especies existentes en la Península de Yucatán (14 en total) la única utilizada racionalmente, mantuvo su importancia respondiendo a los propósitos de los hispanos quienes monopolizaron la producción, imponiendo fuertes tributos de miel y cera a los indígenas, canalizando dichos productos principalmente a Europa. (González , s.f.)

      Durante la Colonia, Yucatán (que hoy es el mayor estado productor de miel de abeja europea en México) recibía por concepto de exportación de miel y cera de Xuna'an Kab (Melipona beecheii), 400,00 pesos mexicanos; dichas exportaciones iban a España vía Cuba. El principal volumen de exportación era la cera, la cual no sólo se recogía de colmenas domésticas, sino que había cuadrillas de cosechadores que la recogían del campo. Por otro lado, la miel también se recibía como pago de tributos. Todavía a principios de siglo se mantenía el volumen de exportación y el miel de Xuna'an Kab era el edulcorante preferido de los yucatecos. (U T'AN YIK'EL KAB 1991)

      La miel ha sido utilizada como mercancía y tributo en Yucatán a través de la historia, y parece que fué así en tiempos prehistóricos también. En base a algunas referencias históricas, se cree que las técnicas de cultivo de abejas permanecen virtualmente idénticas a las utilizadas en tiempos prehistóricos, excepto por algunas pequeñas modificaciones. (Weaver y Weaver 1980)

      La miel y la cera fueron productos comercializados por los indígenas para pagar los impuestos a los colonizadores; la cera se exportaba a España, y se conocía con el nombre de cera de Campeche. En Costa Rica, los habitantes de la Península de Nicoya conservaban y criaban a las abejas sin aguijón, cuya producción de miel abasteció el consumo nacional hasta los inicios del siglo XX. (Ramírez y Ortíz 1995)

     En todo el Nuevo Mundo, antes de la introducción de la caña de azúcar y de la abeja europea (Apis mellifera), la principal fuente de endulzantes eran las abejas sin aguijón. Desde la introducción de la abeja europea, el cultivo de Melipona beecheii no ha desaparecido, ya que la miel de ésta última tiene propiedades curativas que no posee la miel de la abeja occidental. Hasta hoy en día el dulce producto de estas abejas es preferido entre los indígenas y gente del campo, quienes hacen con él condimentos, bebidas y medicinas. La miel de abejas específicas se ha supuesto tiene valor para curaciones específicas, por ejemplo, la miel de Trigona jaty, una especie ampliamente cultivada en el sur de Brasil, es un remedio para la garganta inflamada. El balche, hecho de la miel de abejas sin aguijón, era una bebida ceremonial de los Mayas y la borrachera por embeberlo era obligatoria en rituales religiosos. La miel de la abeja limón (Lestrimelitta limao), es venenosa, una cualidad que curiosamente contribuyó, no a detractarse de su uso, sino a promover su uso terapeútico. Los Gurayo de Bolivia fueron reputados por usar miel de esta abeja para curar la parálisis. (Hogue 1993)

      La cera también cuenta con aplicaciones precolombinas que continúan entre la población rural actualmente. Se aplica para manufactura de candelas, artículos contra agua, formación de íconos religiosos. Es un adhesivo común, material para relleno, lubricante, y ocasionalmente terapeútico menor como removedor de cayos y verrugas. Su significacia histórica más importante se deriva de su uso en metalurgia. En las civilizaciones Pre colombinas los orfebres desarrollaron sin influencia del Este, una técnica en la que moldeaban joyería en oro y otros artículos de la mejor calidad con una "técnica de la cera perdida" idéntica a la practicada por los artesanos del Viejo Mundo, pero empleando cera de meliponas en lugar de la de abejas europeas. (Hogue 1993)

      Ciertas tribus Paraguayas reconocieron derechos de propiedad en miel silvestre. Los tributos eran pagados a menudo con miel y cera; el texto Códice Mendoza especifica cantidades que serían entregadas a Moctezuma por comunidades Aztecas de tierras bajas. Incluso hoy en día dentro de los Maya de Yucatán, se celebra una ceremonia conocida como u hanli cab en la cual se les suplica a los dioses Mayas abejas bendecir las abejas cultivadas. (Hogue 1993)

      Los Cayapa de Ecuador utilizan la brea o cera para calafatear canoas, impermeabilizar cerámica, se hierve con pigmentos para pintar canoas, impermeabilizar cerbatanas y también para curar heridas y raspaduras. En otras regiones se han reportado otros usos: encerado de cordeles de pesca, como pegamento al confeccionar lanzas, flechas y otros implementos; también se usa en la iluminación.

      Muchos usos pueden enumerarse para los productos de las abejas sin aguijón en la actualidad entre los pueblos latinoamericanos. En la Tabla 2 se enlistan algunos de ellos.

Tabla 2. Algunos usos de los productos de las abejas sin aguijón en tres países latinoamericanos.

País
Usos
Fuente
Costa Rica
  • Aliviar dolores después del parto
  • Prevenir hemorragia vaginales y várices, pues se cree purifica la sangre y limpia los órganos reproductivos y digestivos
  • Como tónico vitalizante
  • Prevención y tratamiento de afecciones del tracto respiratorio
  • Se consume con tortilla o pan con "cuajada", también se mezcla con la carne de tepezcuintle o se usa para endulzar jugos de fruta
Ramírez y Ortíz (1995)
México
  • Tratamiento de afecciones como úlcera en la boca, erupciones en la piel y problemas urinarios.
  • Reestablecimiento de las mujeres que acaban de dar a luz ó curación del Sudor de Noche.
  • Tratamiento de la catarata en los ojos y para aliviar golpes en los ojos de los animales.
  • La cera se utilizó para la confección de candelas, también como sustituto de la grasa o margarina. Los recipientes para guardar alimentos se sellaban con cera de abejas. En las marimbas es usada para afinar las teclas o pegar los diafragmas en los tubos de resonancia.
Ramírez y Ortíz (1995); Revista UT'ANYIK'ELKAB (1991)
Guatemala
  • Comestible: la miel y el suchío (polen)
  • Medicinales: la miel. Sirve para tratamiento de las "nubes" en la vista, curar llagas, eliminar cicatrices, fortalecer pulmones, en quemaduras, dolores musculares, para que crezcan las uñas.
  • Doméstico: la cera. Sirve para sacar espinas, para cubrir las baquetas de la marimba, para los machetes, dolor de oídos, para tapar ollas y tambos, para pegar cosas en la pared
Solís (2000)


        Lic. Zoot. Alvaro Paniagua.

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